domingo, 20 de marzo de 2011

La segunda vez

La segunda vez que la vi no recordé que hubo una primera. Aquello había pasado hacía tanto tiempo que ya no recordaba su cara ni sus manos ni su nombre, pero bastó una mirada y una sonrisa para saber que algo de ella había quedado en mí.

         Probablemente ella no lo supiera. Al fin y al cabo, todo había ocurrido hacía algunos años y tampoco yo lo supe desde el principio. Sólo cuando empezó a desnudar mi corazón, recordé que sólo una vez, en tan pocos minutos, una mujer había logrado rendir todas mis armas y mis miedos.

         Fue entonces cuando reconocí esa mirada y esa boca, y de nuevo todos mis escudos cayeron dejando mi alma desnuda.
        
         Sí, el destino nos volvía a cruzar.

         Y recordé que la primera vez se fue borracha, a diferencia de la segunda, que se fue con otro. Y como hiciera unos cuantos años antes, comencé de nuevo a reorganizar mis defensas contra los amores a primera vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario