Don adiós y doña Hola se encontraron una tarde lluviosa de verano. Doña Hola esperaba a alguien. No a cualquiera ni tampoco a alguien en concreto, esperaba al ser que de verdad supiera quererla, y por ello y para ello siempre estuvo dispuesta a amar y a ser amada. Por eso se llamaba doña Hola.
Fue fácil que ambos encontraran mil excusas para reencontrarse en todos los lugares, así que poco a poco la relación fue creciendo hasta llegar a ese estallido en donde los cuerpos y las almas son una sola cosa.
Tras los primeros estremecimientos, la sangre y las manos le dijeron a doña Hola que la búsqueda había terminado, que aquel era su hombre sin ningún tipo de dudas.
Al despertar, él se había marchado. Por eso se llamaba don Adiós.
Doña Hola tiene una enfermedad crónica ;-)
ResponderEliminarY don Adiós, los pantalones "cagados".
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