viernes, 12 de agosto de 2011

La varita


No había nada que le gustara más a Bartolo –un mastín de casi cien kilos de peso- que correr detrás de las pelotas o recoger palos para que se los tirara. Bastaba con sentarme un minuto para que el chucho apareciera con la enorme boca llena de pequeños troncos o grandes ramas, daba lo mismo, todo lo que fuera parte de un árbol y estuviera en el suelo se convertía, desde el momento del descubrimiento, en un objeto de juego.

            Un día de Mayo, Bartolo apareció llevando en la boca un peculiar palo. Se podía decir que no era más que una rama, demasiado pequeña para lo que solía encontrar. Ni demasiado grande ni demasiado recta. Uno de sus extremos más ancho que el otro. El lado más ancho mantenía el mismo grosor durante varios centímetros y casi era perfectamente cilíndrico, herido exclusivamente con algunos rebajes que, más tarde al cogerlo, comprobé que le permitían adaptarse perfectamente a la mano.

            A partir de ese punto, la rama ganaba formas, retorciéndose sobre sí en torno a un eje imaginario que se hacía visible justo en el otro extremo, en la parte más fina.

            Como en otras ocasiones, tomando el palo por la parte más ancha, amagué con tirárselo justo cuando alguien pasaba, señalándolo sin querer. De pronto me invadió una visión, una especie de extraña posesión que me permitió ver que sólo una vez más me cruzaría con esa persona en la vida, a la entrada de un concierto de un grupo que aún no había sacado siquiera un disco, y que en esa ocasión ella me cedería el paso pensando que me colaba.

            “¡Ñosh!”, pensé en cuanto me abandonó la visión. “¿Qué ha pasado?”, me pregunté. Aún sin recuperar del todo la consciencia, probé a señalar a Bartolo con el trozo de madera con un movimiento brusco de brazo. Volví a tener esa sensación de estar poseído, de haber sido trasladado a otro momento en el que el perro sufría terribles dolores como consecuencia de un tumor por el que necesariamente había de morir.

            Sin entender lo que pasaba, esperé la llegada de la que entonces era mi novia, y casi como un juego, con un ligero movimiento de muñeca, la señalé con aquella rama con lo que parecían poderes mágicos. La visión fue entonces casi desoladora, me veía yo engañándola con la propia hermana en un tiempo en el que teníamos dos hijos, a lo que seguía una fuerte pelea y una traumática separación.

            “¿Qué te pasa?”, me preguntó al llegar hasta mí. “Parece que has visto un fantasma”. Allí mismo rompimos ante su incredulidad.

            -“Es lo mejor”, le dije.
            -“Pero a cuento de qué, así, de pronto, sin que nos haya pasado nada”.
            -“Sí, sí, mejor así que después, con hijos, con familia, con más daño del necesario”.
            -“Pero quién puede decir lo que va a pasar”.
            -“Lo sé, yo lo sé. Soy un cabrón”.
            -“No lo entiendo. ¿Hay otra?”
            -“No, pero la habrá”.
            -“Pero conoces a alguien con quien vas a liarte. ¿Estás preparando el camino?”
            “No, de verdad que no es lo que te crees, sólo que sé que va a pasar”.

            No hubo consuelo ni forma de explicarlo sin que pareciera loco.

            Hice lo mismo con los amigos. En todas las “posesiones” aparecían discusiones, desengaños, rupturas… con familiares, amigos y amigas, compañeros y compañeras….

            Todavía no sé a cuento de qué, un buen día dirigí la maldita rama hacia mí y descubrí que moriría viejo, solo y atormentado por las cosas que no viví. Caí en una depresión. No quería hablar con nadie. Nada me consolaba porque tampoco quería consuelo. Era así y así se había escrito mi futuro.

            Una tarde de verano, cuando toda la ciudad parecía dormir, uno de los pocos amigos que aún me visitaban me auguró mi muerte en soledad. “Ya lo sé, la he visto”, le dije. No lo entendió y se lo expliqué:

            -“Hace años, Bartolo, el mastín que sacrifiqué porque iba a sufrir mucho, me trajo aquella rama para jugar. Aquella rama es una especie de varita mágica que permite ver el futuro que me espera con aquella persona a la que señalo. Por eso rompí con mi única novia, porque iba a engañarla con la hermana unas décadas más tarde; y por eso no tuve más parejas, todas las que señalé, la varita me mostró que discutiríamos y que terminaríamos por romper; y por eso procuro no hacerte mucho caso, porque sé que un día dejarás de venir cansado de mí; y sé que moriré, como tú dices, solo y arrepentido”.

            Mi amigo sonrió, echó la cabeza hacia atrás, suspiró y preguntó:

            -“¿La supuesta varita sólo te enseña los finales?”
            -“Sí”, dije.
            -“Y finales de relaciones que duran años”.
            -“Sí”.
            -“Para entenderlo bien. De una vida compartida con alguien, la varita te cuenta que las cosas van a terminar, de una u otra forma, que vas a sufrir con las rupturas, que la gente enferma, que tú te vas a morir y que algún día yo voy a terminar cansándome de venir a ver a un zombi”.
            -“Sí, así es”.
            -“De los buenos ratos, de las cosas compartidas, del tiempo entre hoy y el final, de eso no ves nada”.
            -“Sí. Sé que existe y que será bueno, pero terminará, y terminará a veces mejor a veces peor pero con complicaciones”.

            Calló por unos segundos dejando ver una sonrisa casi burlona en la boca mientras me miraba a los ojos.

            -“¿Y para saber eso necesitabas una varita mágica?”, preguntó. “Venga dúchate y vístete, que si no la varita va a decirte que va a florecer en tu culo”.

            Y salí sin preguntarme si aquello tendría un final y sin pensar en el futuro.

21 comentarios:

  1. Mi varita me dice que tienes una mente muy brillante y original.
    Y que el curso de tu pensamiento se distingue del de la mayoría de la gente y que es evidente que es muy activo y que no dejas de pensar sobras todas las cosas, aunque nunca estés de acuerdo con nada,
    lo que creo, te da una apariencia seria y sobre todo, una actitud algo distante.
    Eres tradicionalista en lo que respecta a los sentimientos y es presumible que exiges compromiso y seguridad por parte de tus parejas.
    También te gusta, parece, ser el que controle la situación, aunque te retraes y dejas de compartir tus sentimientos.
    Demuestras ser cauteloso, ingenioso y muy seguro.
    Terrenal, elegante, detallista y con mucho AUTOCONTROL.
    No se te ocurra cambiar por que nos gustas tal cual eres y tal cual te muestras, aunque sólo te conozcamos o conozca yo, por escrito.
    Un sincero abrazo

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  2. ¡ Ay Diosito, cuántas cosas no vividas por miedo a sufrir, osea, a vivir !

    No comenzar una nueva relación por pereza, terminar una relación increíble porque no puede ser exactamente como querrías... ¿Y lo que se va viviendo y descubriendo mientras, y lo que se va ganando, y lo que se va madurando y creciendo?

    Esas experiencias que vamos teniendo, aunque no sean tal como quisiéramos, nos van aportando vivencias enriquecedoras que no tocará vivir de otra manera. Y como dicen unas amigas mías, "si la vida me ha puesto esto delante, será para algo", lo voy a vivir y ya veremos a donde me lleva. Que me gusta, pa´lante, que sufro, pues a ver como lo puedo arreglar. Pero en cualquier caso, lo vivo.

    Pues eso, ¡ a vivir ! como dice una canción de Aute. Claro que, yo tiendo a sopesar que el sufrimiento no sea mayor que la compensación, porque, que todo sea sufrir tampoco. Es un defecto mío, a veces el balance es demasiado exigente y pierdo por miedo a perder, ¡qué tontería!

    Por cierto, estás muy productivo.

    Besos.

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  3. Es curioso ver, desde este lado del ordenador, como lo que uno escribe a la gente le inspira cosas. Hacer una valoración de mí, interpreto, pasa por estar más pendiente de quién es el que dice las cosas de qué es lo que se dice. Lo que no está mal. Y sí, es probable que sea mucho de lo que "ves" pero que tampoco sea "como lo ves". En fin, que lo de que no nos conozcamos se puede arreglar fácil, porque lo que tú consideras "mente original" yo lo resumo en ver lo que pasa a mi alrededor y escribirlo de otra manera. Gracias por no dejarme que cambie. Un beso igual de sincero.
    Pues sí. A veces por no sufrir y a veces porque te has acostumbrado a vivir la vida de una forma. Lo cierto es que, si te fijas, solemos hacer este tipo de afirmaciones en un solo sentido (no digo que tú las hagas), y es en el del miedo a comprometerse, a la relación, etcétera. Pero he visto en muchísimos casos, gente que sigue con su pareja por miedo a estar solo/a, por miedo al qué dirán, por miedo a qué me va a pasar. Al final, es el mismo miedo, pero lo valoramos de otra forma en un sentido o en otro. Curioso, ¿verdad?

    Un besote y sí, tener un trabajo que te obliga a ver a mucha gente te hace estar muy productivo. Por cierto, la cosa cunde. Ya son más de 2.000 visitas, así que en breve tendré que darles el doble de gracias ;-))

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  4. Los grandes cambios dan vértigo, y no todo el mundo se ve capaz de asumir esos cambios, entonces, algunas parejas llegan a acuerdos que les haga más llevadera la situación, y otras, se hacen más llevadera la situación sin acuerdos. Cada quien lo hace lo mejor que puede o lo que más le conviene, porque cada quien sabe lo que tiene en su casa. No juzgo.

    Con los que no se comprometen ocurre igual, también hay vértigo y algunos viven las relaciones con superficialidad, así, para no infectarse de amor, por si acaso luego no se encuentra el antídoto que cure.

    En fin, como dice un amigo, hay que comprometerse hasta con las cosas más cotidianas e insignificantes. Me contaba que en México hay un dicho para los que no se comprometen: "ya se sabe de qué lado masca la iguana", o algo así.

    Tienes razón, relacionarse con mucha gente enriquece.

    Un beso.

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  5. Creo que el dicho es la variante al "ya sabemos de què pie cojea". Evidentemente, y recordando a Serrat, "cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere". Dicho esto, lo llamativo es que identificamos la falta de compromiso con el miedo y no parece que lo hagamos igual con quien por no definirse elige seguir montado en la bici.

    Hay una canción de Chico Buarque que se llama "Cotidiano", que expresa mucho mejor que yo lo que trato de decir. Creo que en la letra está también la mano del argentino Daniel Viglietti, y claro, son dos contra uno ;-)

    En fin, escúchala. No te será difícil encontrarla en Internet.

    Un beso grande y gracias.

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  6. Desde mi punto de vista, creo que incluso el/la que parece que no se atreve a elegir, está tomando una decisión y es quedarse donde está. Ha hecho una elección, no moverse, no comprometerse. Falta de compromiso consigo mismo, con lo que en realidad desea, con lo que le pide el alma, o la barriga, o el corazón. Pero las fantasías catastróficas sobre lo que vendrá después pueden paralizar, y de hecho lo hacen si no seguimos al corazón-barriga-alma, y se tiene la curiosidad de ver ¿qué podría pasar si yo...?
    Esto no es sencillo, lo sabemos todos los que nos hemos planteado tomar ciertas decisiones.

    Uyuyuy, esto se está poniendo un poco triste y no quiero.

    Tampoco conocía esta canción. Al final, todo se hace cotidiano y repetitivo, es así la inercia de la vida. Hay que currarse no caer en ello, o retomarlo cuando hay tiempo, pero hay que estar atentos.

    Besos y de nada, es un placer.

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  7. No somos más que aprendices de vivir.

    Y aunque parezca sólo cortesía, sólo lo parece: El placer es mío.

    Un beso grande

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  8. Sí señor, esto es como la formación continuada, preparándonos constantemente para tener una vida de mejor calidad, sólo que la formación no tiene un programa definido, ni unos años determinados, ni un profesorado que vayamos a conocer de antemano. Muchos años, muchos profes y un programa de lo más variopinto. En fin, está guay este misterio, porque lo atractivo es que siempre acabamos sorprendiendonos, aburrirnos, no nos aburrimos nadita.

    Otro beso ( una curiosidad, siempre que alguien me manda un beso grande me pregunto si lo de grande es equiparable a largo o...ja...?. Es una bobería, no me hagas caso. Hoy debo tener el punto gracioso)

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  9. Pues sí, gracioso y simpático. Lo de grande es que va con "accesorios" (abrazo, achuchón, cariño y hasta... ja... si nos ponemos de acuerdo en lo que es "ja").

    ;-))

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  10. Pues mira que lo de los accesorios no se me había ocurrido, está muy bien, me gusta. Eres muy generoso.
    Y tú también tienes el punto gracioso hoy, mira que bien. Lo del ja...ya lo acordaremos algún día.

    Un beso.

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  11. Leí algo que escribió Platon ,el de toda la vida, sobre el origen de las personas, hombre y mujer, igual que la teoría de Adán y Eva, pero él decía que en nuestros orígenes, eramos seres de dos cabezas y cuatro extremidades y que por lo visto,al ser humanos y pecar, el Dios o Divinidad que nos creó para castigarnos por no hacernos perfectos (suponiendo que exista), nos dividió en dos géneros y desde entonces, buscamos nuestra otra mitad para poder así fusionarnos y vencer el sufrimiento de la separatidad. Por eso cuando alguien te atrae, siempre que sea mutuo,evidentemente, es encontrar la parte que te falta, tu otra mitad. Los de ciencias y filósofos, lo llaman fusión.
    Y dice la letra de una canción:
    "Lo mas grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido"
    La teoría de La Biblia sobre el origen del hombre en Adan y Eva, la serpiente y la manzana creo que nos enseña el mismo mensaje(aunque es mucho mas profundo para tratar) y nunca antes lo había entendido y eso que siempre aprobaba Religión en la escuela.

    Mientras mas años cumple una más se complica la vida.
    Un beso.

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  12. Una amiga mía en sus malos momentos me decía: ¿porqué no nos dijeron de pequeñas que el cuento del príncipe azul era mentira?, entiéndase también princesa.
    Y quizás ahí radica el escollo del asunto de las relaciones de pareja, en qué es lo que esperamos del/la otro/a. Y no podemos esperar algo que no nos damos nosotros mismos. Para mi, cumplir años ha sido una auténtica bendición, no solo porque significa que estoy viva, sino porque he ganado en madurez, porque vivir más, en mi caso, está significando vivir mejor gracias a que he ido aprendiendo. Y he aprendido que no puedo esperar que me amen como deseo si no me amo yo, que no puedo esperar que me valoren si no me valoro, y que no puedo esperar ser feliz con alguien si no he aprendido a ser feliz estando sola. Puedo viajar sola, comer sola en un restaurante, ir al cine, a la playa, a pasear sola y sentirme bien. No puedo esperar a estar con alguien para ser feliz, es una carga muy pesada para el otro/a tener que hacer feliz a otra persona. ¡ Con lo que hay que currarse ser feliz uno mismo…!
    Claro que tener compañía también está genial, aunque hay momentos para todo, para estar solo aunque tengas pareja y para necesitar estar acompañado cuando no la tienes.
    Esto no quita para que me encante el amor, ser amada, sentirme adorada por quien adoro, que me deseen y desear, sentir que puedo abandonarme con ese alguien porque hemos llegado al punto de confianza que lo permite, en fin… sentir ese tipo de amor pleno que hay que tener la fortuna de vivir, al menos una vez en la vida –ojalá que fueran más- pero no es fácil que ocurra. Es ese tipo de amor que te hace ser mejor persona porque también transforma.
    Como dice un buen amigo mío, el amor que no juzga, que acepta incondicionalmente, que respeta, que espera, que permite, que entiende, que disculpa, que presiente, que deja espacio, y que no es dependiente ni exigente.
    Ese tipo de amor existe, aunque parezca de película, y es, según mi opinión, el tipo de amor que hay que desear, el amor que deja ser y que te permite ser.
    Lo que no querría es algo como lo que leí hoy en el País: “ Bajaron a la playa y comieron en el apartamento. Siesta y a cenar fuera. Ni una palabra. Formaban un matrimonio perfecto” Y otra: “Ahora, cuando tengo que decidir yo dónde y cómo pasar cada verano con mi familia, ¡cómo echo de menos aquellos agostos con mis padres! , porque sentirse tan solo estando en compañía, ¡qué penoso es!, ¿no?.

    En fin, besos.

    Pd: Yiyo, ¡qué cosas haces que se nos ocurran, cuánto nos haces trabajar!

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  13. A mí sí que me hacen trabajar ustedes, aunque lo hago encantado. Ver que esta página que nació para compartir imágenes se convierte en una para compartir experiencias y vida, es un placer.

    Hay muchos mitos sobre el asunto de que los hombres y las mujeres somos parte de una unidad, de ahí el dicho de "la media naranja".

    Si nos fijamos, las relaciones de pareja a lo largo del tiempo ha cambiado. Por ejemplo, el propio Platón, consideraba que el amor sólo podía darse entre maestro y discípulo, sólo entre hombres, porque los griegos consideraban que sólo los hombres eran estudiosos y cultos, por tanto sólo con ellos podían compartir los pensamientos.
    Con los romanos, fue diferente, al igual que en la Edad Media, principios de siglo, los años 60, mi generación y las generación más actual. Todos tenemos conceptos diferentes de cómo se relacionan el hombre y la mujer.

    Por ejemplo, hoy en día ya se ha superado lo que hace una década se consideraban "matrimonios de fin de semana", gente que vivía separada y compartían sólo los fines de semana.

    En definitiva, que eso de que uno se siente atraído por la otra mitad...

    Por otra parte, creo que es cierto que uno/a siempre espera que el otro le solucione la vida, y que esperar siempre cosas de los demás es apostar por el fracaso.

    A riesgo de repetirme, estoy convencido de que las relaciones al principio van muy bien porque todo lo que la otra persona nos da las aceptamos como algo que nos regala. Las cosas comienzan a torcerse cuando empiezas a creer que eso que antes era dado de forma altruista, ahora es obligatorio.

    Me explico: Si nos regalan una flor en cada cita, las primeras veces las entendemos como algo que nos regalan, pero al poco tiempo lo consideramos una obligación, y por tanto, si no hay flor nos preguntamos por qué, qué ha pasado, dónde está mi flor, etcétera.

    Lo mismo ocurre con lo que decimos, hacemos, tocamos, miramos,comentamos.... Y comienzan a aparecer que ya no dices, ya no haces, ya no cuentas...

    La pregunta es: ¿Qué cosas valoramos para montarnos en una relación?

    A ello hay que añadir otra cuestión. No solemos pensar que todos los días, nuestra pareja y uno mismo o misma, tiene la posibilidad de elegir a otra persona para compartir la vida, y que si está con nosotros/as o estamos con ellas/os, es algo que elegimos libremente. Como decía Mario Benedetti en Soneto Kitsch a una mengana:

    Así, sin intenciones misteriosas
    sé que voy a elegir de buena gana
    de mi viejo jardín, sólo tus rosas;
    de las altas ventanas, tu ventana;
    de los signos de mar, tu mar de cosas;
    y de todo el amor, tu amor, mengana.

    En fin, con 80 años nos veremos hablando de todo esto.

    Un beso "con accesorios" a las dos.

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  14. De antemano pido disculpas por lo extenso.

    Y decía Osho: todos los esfuerzos dirigidos a evitar la soledad han fallado, y fallarán porque están en contra de los fundamentos de la vida. Lo que se necesita no es algo para olvidar la soledad, se necesita tomar conciencia de esa “solitud” que es una realidad.
    Y es tan hermoso experimentarla, sentirla, porque es tu libertad respecto a la multitud, el otro. Es nuestra libertad que nos quita el temor de sentirnos solitarios. La palabra “solitario” inmediatamente produce una herida, un vacío que hay que llenar; lástima. Sé algo que lo llene.
    “Solitud”, esa palabra no sugiere el sentido de herida, de vacío que debe ser llenado. Solitud significa que estás completo, no necesitas a nadie para completarte.
    Así pues, trata de encontrar tu más profundo centro donde siempre estés solo. En la vida, en la muerte, dondequiera que estés, estarás solo. Pero esto es tan pleno-no es un vacío-, está tan completo y desbordante de savia vital, de todas las bellezas y bendiciones de la existencia, que en cuanto se ha probado la solitud, la pena del corazón desaparece. En su lugar surge un nuevo ritmo de inmensa dulzura, paz, gozo, felicidad beatífica.
    Esto no significa que un hombre centrado en su solitud -completo en sí mismo- no pueda hacer amigos; de hecho sólo él puede hacerlos, porque ahora no es ya su necesidad, sólo quiere compartir. Tiene tanto que puede compartir.

    Un beso, también con accesorios.

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  15. Si no hubiera muerto, Osho sí que tendría un blog de discusión. Sólo un matiz desde mi punto de vista: no es lo mismo estar en soledad (o solitud) que sentirse solo. Y entramos en el tópico, gente que viven apartados en lugares lejanos y no echan de menos nada ni a nadie y gente que está en lugares muy poblados y se siente terriblemente sola. Es evidente que el valor que uno tiene de sí es fundamental.

    Esta vez mando sólo los accesorios, por variar. ;-))

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  16. Estoy de acuerdo, no se trata de convertirse en un asceta, al menos no es lo que yo quiero.

    Vale, acepto el regalo de los accesorios solamente, no sea que me vaya a acostumbrar a todo junto y luego me moleste cuando no me lo des.

    Un abrazo, por variar.

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  17. "La Soledad es el imperio de la conciencia".
    Bécquer.

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  18. ...y una amante inoportuna, según Sabina.

    ;-)

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  19. Y... aunque la soledad tienes sus ventajas y además, de ella no podemos huir aunque nos lo propongamos, yo he tenido un verano de mucha soledad, un poco buscada y otro poco me tocó, así de lotería. Y la verdad es que ya me saturé de soledad y ahora voy necesitando menos soledad y un poco más de compañía. Es lo que hay, un poco de esto y un poco de lo otro, para compensar más que nada, porque dicen que los desequilibrios no son buenos. Una cuestión de salud física, mental y emocional. Así que ¡todo sea por la buena la salud!
    Hoy empiezan mis vacaciones, así que contenta que estoy.

    Besos

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  20. Como en casi todas las cosas, lo que más valoramos es lo que no tenemos. Así que a veces echamos de menos que respeten nuestro espacio de soledad y otras no entendemos por qué nos dejan tanto espacio.
    Espero que esas vacaciones no den ni para una cosa ni para la otra.

    Un beso y feliz tiempo

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  21. Sí, la vida es muy caprichosa y nosotros unos inconformistas. Lo has expresado muy bien.
    Se hará lo que se pueda y pasará lo que tenga que pasar.
    De momento, estaré este mes muuuuuuuy poco sola, que como decía mi abuela, los hijos hacen mucha compaña.

    Un beso y gracias.

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