sábado, 27 de agosto de 2011

Entre el cielo y el suelo


Un vuelo de Air Europa los juntó en la fila 19 de un Airbus 737 con destino a Mallorca. Ella iba a pasar unos días en casa de una amiga y él, a un congreso nacional de astronomía. A ella le había tocado ventanilla, pero no le importó cambiarle el asiento y quedarse en el pasillo. Al fin y al cabo, su intención era quedarse dormida nada más despegar.

            Probablemente habría sido así si ambos no hubieran sacado como lectura el mismo libro: “Filomeno a mi pesar”.

            Ninguno pudo disimular su sorpresa, e intercambiar algunas frases poco ingeniosas pero muy coloquiales que les llevó de Torrente Ballester hasta Salinger, Paulo Coelho, Umberto Eco, García Márquez y Ruíz Zafón.

            De la literatura pasaron a los detalles personales. Ella era trabajadora social y vivía en un barrio marinero de Las Palmas de Gran Canaria. Estaba especialmente implicada en la lucha de los movimientos sociales y comprometida con el día a día. Él, licenciado en física, se había dedicado profesionalmente al estudio de los cuerpos celestes, especialmente al análisis de datos para definir la composición de las estrellas, y pasaba más tiempo mirando al firmamento que a lo que pasaba en la puerta de su casa.

            Por eso no les fue difícil pasar de las injusticias sociales a los anillos de Saturno, y de ahí al descubrimiento de sus propios planetas y a los intercambios de teléfonos que apuntaron en un pedazo arrancado de una de las hojas de la revista de la compañía aérea ante la imposibilidad hacerlo en los móviles dentro del aparato, convencidos de que la fuerza de atracción les había convertido en satélites.

            Ya fuera por una extraña conjunción de los astros o por las miserias de la vida misma, el trozo de papel de él con el número de teléfono de ella, cayó del bolsillo de su pantalón al sacar el dinero para pagar el taxi. El papel de ella con el teléfono de él fue absorbido en el agujero negro que habita en todos los bolsos de mujeres.

            Así que cuando llegó la hora de llamarse, no lo hicieron, y de la misma forma que un 737 les juntó, otro se encargó de alejarlos físicamente.

            Él, acostumbrado a descubrir cosas imposibles, no perdió la esperanza de que quizá algún día, igual que ocurría con los datos de los chorros de materia, aparecería algún indicio de lo que quería demostrar, y estaba seguro de que nunca podría olvidar aquellos ojos que tanto le recordaban a la tierra vista desde el espacio. Ella, más práctica a la hora de solucionar los problemas, asumió que la única forma de sobrevivir era pasar página y no luchar contra corriente, pero siempre mantuvo viva la imagen de sus manos.

            Conocieron a otros y a otras, incluso llegaron a casarse, tener hijos y separarse. En algunas ocasiones de soledad coincidieron en el pensamiento preguntándose que sería de ellos y qué habría sido si no hubieran desaparecidos los teléfonos. Ella no podía evitar acordarse de él cuando miraba el cielo, y él suspiraba ante cualquier iniciativa de movimiento social.

            Sin haberse puesto de acuerdo, siempre que viajaban en avión elegían la fila 19. El transcurso del tiempo le había colocado gafas a él y teñido el pelo a ella. Ambos contaban ya con varias arrugas que le marcaban la cara y si bien él había ganado algunos kilos, ella había perdido quizá demasiados desde su último embarazo.

            “No pasa nada. La vida es así”, pensaba ella mientras él buscaba contactos en Gran Canaria que pudieran darle alguna pista sobre aquella mujer que le había traído de las estrellas hasta el mundo.

            Ya habían pasado casi 16 años de aquel primer encuentro cuando él decidió ir a su búsqueda a Las Palmas de Gran Canaria. Ella, regresaba desde Madrid en donde había participado en una asamblea del 15M.

            Ella embarcó primero y ocupó su asiento de ventanilla en la fila 19, tomó una manta y se cubrió los brazos y el pecho. Giró la cabeza y se quedó dormida pensando que años atrás había conocido a un físico que le había descubierto otros mundos más allá de su realidad terrenal.

            Él ocupó su asiento de pasillo en la fila 19, se acomodó intentando no molestar a la persona que dormía junto a la ventana, y recordó que 16 años antes una mujer le había traído hasta la Tierra.

            Cuando el aparato despegó y se acercó al cielo, ella dejó escapar un suspiro que él oyó. Sonrió, desplegó un plano de Las Palmas de Gran Canaria y se preguntó: “¿Por dónde podrá andar esta mujer ahora?”.

17 comentarios:

  1. ¡ Qué bonito ¡ Veo que no confías en la continuidad, pero quien sabe, a lo mejor cuando el vuelo avance un poquito se reconocen, quien sabe… otra cosa es si se seguirán gustando.

    Muy bueno lo del agujero negro de los bolsos…estamos de acuerdo, al menos así son los míos, nunca encuentro lo que necesito justo cuando lo necesito.

    Por cierto, algo increíble me paso esta madrugada, soñé contigo, no te lo pierdas, con Yiyo, ¿a cuenta de qué?. Pues resulta que estabas en una misión humanitaria, y llevabas junto con más gente alimentos a no sé qué zona de Africa, y hablábamos de ello, y de repente te paraste en una farmacia a comprar un saco de gofio, y que yo pensé que tendría que ser algún tipo especial de gofio. Y me desperté, en fin…

    Me encantó tu relato.
    Un beso.

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  2. Evidentemente, no soy yo quien confía o deja de hacerlo. Yo les dejé en el avión, tú has completado el resto de la historia. Espero que el sueño haya sido divertido, por lo menos, y lo de vender gofio en la farmacia es magnífico. ¿Llevaba receta? ;-)) En cuanto a lo de "¿A cuento de qué?" te contesto como el Hombre Gancho: A cuento de na'. En fin, espero que en el próximo sueño mío te pueda reconocer.

    Un beso y un abrazo.

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  3. El sueño no es que fuera divertido, pero era muy agradable, había serenidad y mucha paz. Estábamos sentados en un muro hablando sobre tu misión, yo te hacía preguntas y tu respondías, recuerdo sólo una: los barcos que van en misión humanitaria tienen que pagar en los puertos en que atracan? Ya ves. Y luego caminamos y nos encontramos un cine que se me parecía al de Gáldar hace muuuuchos años y una farmacia al lado. Y yo quería ir al cine, pero había demasiada gente y no tenía el día para mogollón, así que te acompañé a la farmacia...

    Pues sí deberían recetar el gofio y así promocionarlo. De hecho, los pediatras ya lo recomiendan a las madres para sus bebés, con gluten o sin gluten, dependiendo de los meses que tengan.

    Musicalmente hablando, me estoy culturizando contigo, tampoco conocía a este grupo.

    Me conoces, solo que no sabes que soy yo.

    Un beso y un abrazo también para ti.

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  4. Me parece un buen negocio; Tú compartes tus sueños conmigo y yo, canciones contigo ;-)

    Presumo que eres mujer, de Gran Canaria, con relación con el Norte de la Isla, puede que con niños o al menos con cierto interés en su alimentación, nos conocemos de hace tiempo y no debo caerte demasiado mal si compartimos estos ratitos. En resumen: ni idea.

    Como ya nos hemos dado besos y abrazos, y dado que te gusta la música, te mando una canción (hay que quedarse con el espíritu de la letra):
    Adios mundo cruel, de Ariel Rot que canta con Jaime Urrutia en su disco "Duos, trios y otras perversiones", el cuál recomiendo completo.

    ;-)

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  5. ¡ Me encantó la canción ! Me encanta la música, sí, pero me doy cuenta de mi ignorancia musical, pero como la vida es un aprendizaje continuo... Gracias caballero.

    Y sí, tengo relación con el Norte de la Isla, más en el pasado lejano, pero no soy de ahí, aunque sí de un Norte, pero de Africa, de ahí mi fascinación por los desiertos.

    Y sí, me caes bien, o me caías, es que hace años, muchos, que no compartimos un rato, es lo que pasa cuando te separas. Por alguna extraña razón cuando uno se separa de alguien, en realidad se separa de la familia política, de los amigos del otro, del entorno cercano...nunca lo he entendido, pero es así.

    No es mi intención ser misteriosa, ni mucho menos, es que no me apetece reflejar mi nombre, aunque quizás tampoco te dijera nada dado el tiempo que ha pasado. Ahí va una pista más.

    Bueno, algún día nos tomamos una cervecita y así me reconoces.

    ;-)

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  6. Ahora sí, ahora sí que no tengo ni idea. Se supone que con la pista de ser del norte de África debería saberlo, pero qué ruina de hombre. En fin, esperaré a esa cerveza ;-)
    En cuanto a lo otro, aplicando la Ley de la Relatividad, hay de quien te separas y realmente terminas más unido, depende si los afectados son capaces de encontrar y asumir la nueva situación. Como dice la canción: Qué fácil es dejarte llevar por la locura en un minuto. En cualquier caso, bienvenida a mi vida de nuevo ;-)

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  7. Bueno, en realidad la pista era haber sido la compañera de uno de tus buenos amigos. Y de todas maneras, es lógico que yo te recuerde, en casa oí hablar mucho y muy bien de ti.

    Por cierto, nuestra relación post ruptura es excelente, tanto que mis amigas/os dicen que es algo poco usual, no lo sé, pero es algo de lo que estoy especialmente orgullosa.

    En fin, con esta pista creo que acertarás, seguro. Y si no, la cervecita, que no sólo sirven para olvidar, je..

    Un beso.

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  8. Ahora sí. Ahora estoy perdido. Estoy seguro que nos reiremos mucho durante esas cervezas, pero del norte de África, que no nos vemos pero tenemos muy buena relación, que has oído hablar de mí en casa... Es como un galimatías, o peor, como cuando buscas unas llaves que sabes que las tienen delante y no las ves. Sé que estás ahí, pero no te veo.

    ¿Tardará mucho la cerveza? :-(

    Un besote

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  9. Sí que estás perdidísimo. Lo que creo es que te estás haciendo el despistado para que te pague una cerveza. Que no, que tú y yo no tenemos buena relación, más que nada porque hace años que no nos relacionamos, pero que me caías muy bien, sí. Y mi lugar de nacimiento no lo sabías seguro, no llegamos a intimar tanto como para eso. A ver, éramos conocidos, no amigos, pero sí que eres amigo de... Caray, es que no quiero decir nombres, manías mías. No quedará más remedio que ahorrar para esa cerveza y reírnos, porque mira que es cómica la cosa.

    Claro que oía hablar de ti, que dónde está Yiyo, que si el artículo de Yiyo, que si la fotografía que se publicó en el periódico...que vamos a quedar...

    Incluso fuimos los 3 juntos a ver un eclipse de luna a la cumbre porque querías fotografiarlo, y hacía un frío que pelaba, como no. De esto hace casi mil años, claro. Fuimos en tu coche, ¿quizás un todoterreno?, eso lo tengo borroso. Pero mira que te doy pistas y tú haciéndote el loco.

    Bueno, pues seguro que nos reímos un buen rato con una cervecita. Estos días no me viene bien, pero ya te diré.

    Un beso, despistado.

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  10. Bueeeeeno. Ahora sí que encajan cosas. Ya estaba yo entendiendo cosas al revés. Supuse que aportabas datos que yo debía conocer, pero ahora veo que no. Ya sé por dónde van los tiros y creo que sé quién eres, que ya es algo más. Reúne para la segunda ronda, que la primera la invito yo. ;-)

    Un besote.

    PD: Los comentarios podrían haber pasado por otro cuento. No sé qué ha estado más interesante ;-))

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  11. Vaya, pues veo que no eres tan despistado, y además, tienes buena memoria. Iré ahorrando para la segunda.

    Besos

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  12. Francamente,lo mas bonito de la historia es que cada uno en su soledad coincidían pensando en el otro. Y luego está la otra realidad que nos pasa a muchos, a veces tienes a las personas que amas delante de tus narices pero no las ves, por qué? hay muchas respuestas, desde el miedo hasta el despiste.
    Un beso.

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  13. También sucede en ocasiones, que lo que recuerdas lo mitificas, y cuando vuelve la realidad te das cuenta de que ya nada tiene que ver contigo.Por ser fiel a mi estilo, pondré de ejemplo el tema (muy antiguo) "Hoy la vi", de Pablo Milanés, donde si mal no recuerdo dice: Desperté la mañana que no pudo ser, no sin antes jurar que si no era contigo, jamás, que esa herida me habría de matar, y heme aquí el destino que ni el nombre tuyo pude recordar.

    Al final, los amores -incluyendo los imposibles- tienen su momento.

    Besotes

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  14. No dejas de sorprenderme con tu habilidad para escribir pero sobre todo por los temas que tocas de fondo, curiosa coincidencia, último libro que he tenido entre manos sobre el mecanismo de la sincronicidad y existe como tú en tu relato muy bien describes...

    "Todos hemos experimentado en más de una ocasión la magia de la sincronicidad. A veces nos vemos ante situaciones que tachamos de enormes casualidades, eventos que nos suceden en el momento justo en el lugar justo, precisamente cuando más los necesitamos y sin saber ni cómo ni por qué han irrumpido en nuestra realidad. Nuestra vida está repleta de mensajes, señales, acontecimientos que nos empujan hacia un lado, obstáculos que nos impiden ir hacia otro...vamos, que lo fantástico es saber como se genera nuestra realidad física por el poder del subconsciente, siendo la sicronicidad el mecanismo que subyace bajo la ley de la Atracción

    Y lo de ella tapada con la manta, me ha impactado, me toca éste otro tema, comportamiento Psicológico, emocional y de conducta de Almas elusivas.

    O él, de centrarnos en una visión lejana e incapacidad de ver lo que tenemos delante.

    Pero bueno, yo ya estoy agotada, ¿como puedes tú escribir y luego respondernos a todos?.

    Un beso y no cambies

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  15. Para mí, contar con ustedes es un lujo. Yo escribo y ustedes plantean la visión del mundo que tienen. Yo respondo porque me parece que esa visión no siempre es fácil compartirla (por pura comodidad) y ese esfuerzo sólo puedo compensarlo respondiendo.

    Por otra parte, es cierto que nuestra vida está llena de casualidades o sincronicidades. Mi lectura es que el mundo que nos rodea genera millones de hechos, y hay quien es capaz de percibir más y quién menos. Los que más perciben están abiertos a encontrar cosas que les afecta.

    Por poner un ejemplo: Yo paso todos los días por delante de una panadería, pero sólo cuando tengo hambre y están haciendo el pan me doy cuenta (percibo) de que está.

    Un caso curioso es cuando tienes alguna persona cercana que está embarazada. De pronto, te das cuenta de que hay montón de mujeres embarazadas; o cuando compras un coche, de no saber que existía a verlo en todas las esquinas.

    En fin, es divertido ver que lo que descubrimos hoy ha estado ahí toda la vida.

    Un beso grande y muchas gracias. ;-)

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  16. Yiyo no vale, leo tus cuentas con un entusiasmo pasmoso, espero muchos días para leerlos todos juntos y que no me sepan a poco, y cada vez los finales son más deprimentes que los anteriores, por favor, sigue esta historia y dime que se vieron que se "jartaron a follar" y a quererse, y si quieres después lo dejan, pero pon un poco luz al final del túnel!!!!

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  17. Sin duda es un buen final. Ahora, con los detectores de humo y temperatura en los baños del los aviones es mejor que dejen el sexo para cuando lleguen a tierra.

    El final no es tan ruín. Como poco estarán juntos un par de horas aunque no lo sepan, todavía...

    Escribiré más y trataré que alguno o alguna coma perdices. ;-)

    Besotes y gracias por pasar por aquí de vez en cuando.

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